El volumen es el espacio ocupado por un cuerpo al conocimiento del cual llegamos por medio de la luz y de las sombras, y que nos permite tener una percepción tridimensional de ese cuerpo o de ese objeto que deseamos representar en un dibujo o en una pintura. El volumen es, junto con la forma, uno de los aspectos que distingue a los objetos que nos rodean. Depende de la luz y, por consiguiente, de las sombras que ésta produce. La definición correcta del volumen de un objeto consiste en valorar exactamente las intensidades de sus sombras.
Podemos establecer dos clases de sombras: las propias y las proyectadas.
Sombras propias son las que se origina el objeto a sí mismo, y las proyectadas son las que produce en las superficies vecinas. También hay que tener en cuenta los reflejos producidos por la luz que proyectan las superficies u objetos vecinos, ya que aclaran la sombra propia.
Entre la luz y la sombra, hay una zona de transición o de medias tintas, y que puede variar en extensión dependiendo de la intensidad de la luz.
LA LUZ: permite la visión del contorno, la textura y el color de los objetos y su ubicación en el espacio.
Luz Directa: Luz directa es la que procede de una fuente que tiene energía luminosa propia. Por ejemplo, la luz del Sol, la de un bombillo, una antorcha, una linterna.
Luz Reflejada: también llamada luz indirecta, es la que procede de un cuerpo que no la tiene propia sino que la recibe de otro, al rebotar la luz en él
Brillo: Luz que emite o refleja un cuerpo.
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